lunes, 24 de noviembre de 2008

Satélite "Simòn Bolivar" ya esta en control de Venezuela"

A partir del 6 de noviembre en horas de la mañana y hasta el final de su vida útil, la totalidad de la comunicación con el Satélite se realiza desde las Estaciones de Control venezolanas. Con un tiempo de vida útil de quince años, el satélite Simón Bolívar fue construido por la Academia China de Tecnología Espacial, institución que además formó a profesionales venezolanos para el manejo de dicho satélite.

En el proximo año (2009) se distribuirán 3 mil antenas para captar la señal del satélite, y serán las comunidades organizadas las que se encargarán de su mantenimiento y uso. Estas son antenas parabólicas pequeñas, de menos de un metro de diámetro (parecidas a las de DirecTV), que permitirán captar y usar los servicios del satélite (televisión, Internet, etc.). Son distintas a los dos grandes centros de control ubicados en El Sombrero (Guárico) y Luepa (Bolívar), cuyas gigantescas antenas permiten controlar el satélite.



Los expertos que se encuentran en la base terrena de control central, ubicada en el estado Guárico, procederán a realizar las pruebas al satélite para demostrar su óptimo funcionamiento. “Luego de que coloquemos al satélite Simón Bolívar en su órbita, iniciaremos pruebas vinculadas a la operatividad de los sistemas y a todos los equipos en general”, adelantó el jefe del proyecto Venesat-1, Luis Holder.

Una vez que el satélite venezolano pase exitosamente todas las pruebas protocolares, éste comenzará a transmitir sus señales durante el primer trimestre de 2009, momento para el cual la telemedicina y tele-educación beneficiarán a todos los venezolanos.

El área de cobertura que tendrá el primer satélite venezolano incluye a gran parte de Centroamérica, todo el Caribe y Suramérica, y que sus funcionalidades estarán enmarcadas en convenios de cooperación Sur-Sur para fortalecer la integración de los países y favorecer a sus pueblos.



DE LA GRAN SABANA AL COSMO, EL NUEVO MITO PEMÒN

Como si se tratara de un conjuro milenario, un antiguo asentamiento pemón en el estado venezolano Bolívar servirá de vínculo entre tierra y cielo desde que fue lanzado nuestro saletelite, año que podría pasar a ser mágico en la mitología de la etnia.

El territorio pemón, un pueblo aborigen de gran espiritualidad, fue escogido por sus características geográficas para la construcción del centro de control del satélite Simón Bolívar. La zona, conocida como Gran Sábana y de inmensos espacios abiertos, acoge desde hace siglos a la etnia, tribu emparentada con los caribes que emigraron desde el norte de la América del Sur para dar su nombre a la región vecina.

La creencia pemona prescribe la existencia de un componente humano inmaterial, especie del alma para los cristianos, llamada por ellos "ekaton", y poseen rituales para hacerla llegar a las cumbres de las montañas, lo más cercano del cielo. De la mano de la tecnología, los pemones podrán no sólo subir más allá de las montañas sino recibir importantes beneficios del proyecto que llevará a Venezuela a un plano científico superior. El Proyecto satelital conocido como Vensat-1 está concebido como un recurso tecnológico para sustentar canales de comunicación estratégicos propios, lo que permitirá la integración de zonas remotas como la tierra de los pemones. La acción posibilitará la ampliación de transmisiones de radio y televisión, creación de redes educativas y culturales y ampliará la conectividad de telecomunicaciones, entre otros aspectos.

En la presentación del proyecto para su aprobación por los pemones en el Parque Nacional Canaima de la Gran Sabana, Marlic Guilarte, del Centro Aeroespacial Venezolano, resaltó sus beneficios para los pueblos autóctonos.Estos pueblos, dijo, podrán acceder a tecnologías de la información que hoy es muy difícil colocar a su disposición como telemedicina, tele-educación y la formación de una red comunicacional entre todas las comunidades indígenas del país.

El programa de construcción incluye acciones preventivas para evitar daños al medio ambiente, con la participación de técnicos de la Empresa de Electrificación del Caroní, que surtirá de electricidad a la planta, y del Ministerio de Ciencia y Tecnología. En una apreciación que expresa el orgullo por su cultura, preservada pese a siglos de presiones externas, Eleuterio Franco, líder de la comunidad Kumaracapai, manifestó su acuerdo con el proyecto, pero defendió el derecho a sus propias expresiones.

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